El que piense que el Nacional B es una genial idea de Julio Grondona o de alguno de sus ad – láteres comete un serio error. El padre de la criatura, en realidad, fue un histórico dirigente de Banfield llamado Valentín Suárez.  «El Viejo» fue presidente de la AFA en tiempos «muy» peronistas, entre 1950 y 1953, años en los que Banfield llegó a ser subcampeón del fútbol argentino. Y fue el máximo dirigente del Taladro en cinco oportunidades. En su última gestión, condujo a Banfield a Primera División, al obtener el ascenso en 1993. Como si fuera un mandato histórico, Don Valentín Suárez murió el 28 de octubre de 1993. Dejar a Banfield en el círculo superior pareció ser el último acto de su vida. A mediados de la década del 60, pensó un torneo federal, un campeonato que tuviera a los equipos más importantes de las diferentes regiones de la Argentina frente a los cuadros «de acá», a los que ellos sólo veían por la tele, a través de El Gráfico o en algún amistoso perdido en un verano.

Su idea comenzó a caminar pronto. El primer Nacional se jugó en 1967 y no fue un torneo de ascenso, sino el segundo torneo anual de Primera División. Lo ganó Independiente y fue todos contra todos en una rueda, tal como se juegan hoy los Apertura y Clausura. Los 12 directamente afiliados a la AFA fueron los que se clasificaron desde el Metropolitano (los otros fueron a un reclasificatorio para mantener su lugar en Primera) y el interior aportó sólo 4 equipos: Central Córdoba de Santiago del Estero, Chaco For Ever, San Lorenzo de Mar del Plata y San Martín de Mendoza. La tabla de posiciones de ese certamen es clara con respecto a la disparidad existente por entonces entre el fútbol de AFA y el de las provincias. Los doce primeros fueron los directamente afiliados, los cuatro últimos los del interior. Sin embargo, hubo un resultado asombroso: Central Córdoba de Santiago del Estero derrotó a Boca en la Bombonera 2-1 en la sexta fecha. Este fue el primer triunfo oficial de un equipo «indirectamente afiliado» sobre uno «directamente afiliado» de la historia.

Como dije, el campeón fue Independiente. El segundo lugar lo ocupó Estudiantes, que también había ganado el Metro. Ambos se clasificaron para la Copa Libertadores del 68 por haber ocupado estos lugares. Para la Copa, sólo clasificaba el Nacional, error que recién se corrigió parcialmente en 1971 y definitivamente en 1973. O sea, este segundo puesto de Estudiantes fue la plataforma de lanzamiento para la gran campaña internacional que incluyó la obtención de tres Libertadores (68, 69 y 70) y una Intercontinental (1968).

Con el tiempo, se fue puliendo la figura del «Nacional». Se aumentó la cantidad de equipos del interior, se incluyó a Talleres, Instituto y Racing de Córdoba en el fútbol del «Metropolitano» a partir de 1980, Talleres fue subcampeón Nacional en el 77, Racing de Córdoba en el 80. Fue creciendo a niveles insospechados en el ya lejano 1967. A pesar de que el Nacional ideado a mediados de los años 80 era un torneo de ascenso, la gran cantidad de cuadros del interior más la chance de jugar todo un año más presupuestos más altos, imaginaban que, en un futuro, muchos de ellos jugarían en Primera sin depender del resultado de un regional o de los arreglos políticos del dirigente de turno.

El Nacional B de 1986, el primero, lo ganó Deportivo Armenio inesperadamente. Hizo un campañón y llegó a Primera División. El Nacional B fue ganando en competitividad, los equipos del interior vieron valoradas sus plazas en su justa medida y, con el tiempo, aquella vieja idea de Valentín Suárez tiene, en esta temporada que recién comienza, casi su cuadro ideal. En Primera División, hay ocho de veinte equipos que provienen del interior de la Argentina y competirán en igualdad de recursos con los de Primera. En el Nacional B, está River, pero, además, Chacarita, Ferro, Atlanta, Gimnasia, Huracán, Quilmes, Rosario Central, viejos adversarios de Primera División. También estarán grandes protagonistas de los históricos torneos de ascenso, como Almirante Brown, Deportivo Merlo y Defensa y Justicia. Y muchos equipos del interior, como querían Valentín Suárez. Algunos con mucha carrera en el fútbol grande, como Instituto o Gimnasia de Jujuy, otros con recorridos diversos en los viejos Nacionales como Atlético Tucumán, Independiente Rivadavia, Aldosivi o Sportivo Desamparados, algunos que recién se asoman a la competencia feroz del Nacional B como Boca Unidos o Patronato y nuevitos, como Guillermo Brown de Puerto Madryn.

El Pollo Vignolo decía hace unos días «me quieren hacer creer que la Primera y el Nacional B son lo mismo, pero no lo son». Tiene razón, por algo algunos juegan en Primera y pelean accesos a torneos internacionales y otros juegan en el Nacional B y luchan por llegar a esos lugares privilegiados. Todo es cierto.

Pero, la verdad, los dos torneos jamás se parecieron tanto como en esta temporada 2011/2012. Uno podría aplicar el facilismo de que es «porque River está en la B «. Algo de eso hay. Pero hay otros nombres, otras ciudades, otros equipos, otras pertenencias que ponen a este Nacional B en una consideración pública como jamás había ocurrido antes.

Valentín Suárez debería estar feliz. Lo pensó en 1960 y aún hoy, aquél pensamiento sigue dando frutos, sigue estando vigente.

 

Data sobre Valentín Suárez

http://cultura.soydebanfield.com.ar/?p=674

Imágenes del triunfo de Central Córdoba de Santiago del Estero sobre Boca 2-1 en la Bombonera (1967)

Algunos goles del actual torneo Nacional B